Se identificaron las principales quebradas que representaban el mayor peligro para la zona. Se requería una solución rápida y eficiente, por lo que se planteó un sistema de diques con gaviones y colchones para disipar la energía ante un posible flujo de detritos que puedan presentar las quebradas, considerando que la temporada de lluvia iniciaría posterior a los 3 de planteado el proyecto.

Se instaló un sistema de diques de disipación con una altura de protección por dique de 5 m de alto y 10 m de ancho. En total se distribuyeron 11 diques disipadores separados 12 m de cada uno.